MODELOS ESPECTACULARES DE INNOVACIÓN (UNA LISTA INCOMPLETA)

Hay una serie de medios innovadores que sirven a los latinxs estadounidenses en todo el país.

Tienen diferentes formatos. Usan el inglés o el español, o una combinación de ambos, los hay con fines de lucro y sin fines de lucro, y se conectan con distintos tipos de públicos. Pero todos han tenido un impacto importante.

Entre ellos están Futuro Media Group de María Hinojosa; Latino Rebels de Julio Ricardo Varela, que es un vertical en línea que contiene columnas inteligentes y provocativas acerca de todo, desde la política hasta la cultura, con una perspectiva latina (ahora parte de Futuro); Remezcla y Mitú, que cubren la cultura popular; el podcast Qué Pasa Midwest; y más.

Hemos discutido algunos de estos medios en la sección de La industria a simple vista.

A continuación, hay otros cinco modelos de cambio para la industria en busca de nuevas formas de servir al público latino.

 

Caso 1. Univision News Digital

En 2014, Univision invirtió en una de las operaciones de noticias digitales más ambiciosas e innovadoras en cualquier idioma en Estados Unidos. El proyecto fue abortado antes de que su promesa pudiera concretarse. De haber continuado, su audaz estrategia quizá se hubiera convertido en el ejemplo a seguir para la innovación de noticias en español —por lo menos para la televisión, dados los recursos disponibles para las corporaciones de difusión. A continuación, explicamos cómo evolucionó la transformación digital:

La división noticiosa de la corporación estuvo, en 2014, bajo el liderazgo de Isaac Lee, un ejecutivo mediático colombiano cuya meta era modernizar y diversificar la oferta de la compañía. Lee contrató a un editor digital con experiencia, el español Borja Echevarría, quien había lanzado operaciones digitales exitosas para los periódicos en español, El Mundo y El País, y lanzó el medio digital Soitu.es.

Cuando Echevarría llegó, el equipo digital era pequeño y marginal para la sala de redacción televisiva. En el transcurso de dos años, contrató a 75 reporteros y construyó una operación completamente digital que se ubicó en medio de la sede de la cadena en Miami.

Echevarría creó una cultura de sala de redacción para su equipo completamente desconocida por Univisión. Incorporó plenamente al público en la producción de noticias, con un equipo completo que trabajaba en la creación de un público digital —experimentando con bots, mensajes de texto y canales en las redes sociales. Creó una unidad de periodismo que lanzó la primera plataforma de revisión de datos en español en Estados Unidos. Una nueva unidad digital investigativa pudo dedicar meses a cada historia y produjo muchas investigaciones galardonadas. Se contaban historias únicas en múltiples formatos, incluso con gráficas y animación. El equipo también colaboró con otros medios, dentro y fuera de Estados Unidos, compartiendo recursos y canales de distribución. Nuevos canales, como Whatsapp, se incorporaron para alcanzar a los latinxs hispanohablantes en Estados Unidos. Se hicieron podcasts y documentales. Y se añadió un sitio web en inglés para difundir el contenido.

Echevarría también amplió el contenido para ir más allá de las historias de inmigración, creando diferentes temas de cobertura, como la ciencia y el medioambiente. Y lanzó una unidad investigativa que fue galardonada con varios premios.

Lo que era único de esta operación digital es que estaba sostenida por una compañía de televisión, así que los recursos parecían ilimitados (un sentimiento que compartían la mayoría de las operaciones digitales de las compañías de periódico). Y los recursos fueron abundantes, por un tiempo.

Pero en 2018, después de otro intento por convertirse en una compañía que se cotiza en la bolsa, la Junta Directiva de Univisión cambió el liderato de la compañía y recortó gastos, empezando con la operación digital que había traído el prestigio de docenas de premios periodísticos (que incluyen un Premio Hillman, un Premio Robert Kennedy, un Emmy en la categoría de documentales y un World Press Photo), pero muy poco dinero en comparación con lo que el negocio de la televisión seguía ganando.

“El liderato de la compañía decidió cambiar de estrategia, optando por enfocarse en fortalecer el núcleo de la compañía, es decir, la oferta de contenido en español, en lugar de expandir su huella digital bilingüe”, dijo un ejecutivo de Univisión.

Después de perder a más de la mitad de su equipo, Echevarría se fue de Univisión y volvió a España en junio de 2018 para convertirse en director adjunto de El País. “El problema con Univisión”, dijo mientras se marchaba — “no es único a Univisión— es que, cuando eres parte del capital privado y cuando los dueños no tienen un sentido de la misión, estás en problemas”.

Isaac Lee se marchó poco después.

Muchos de los periodistas que fueron despedidos durante los recortes se han ido a otras salas de redacción más competitivas en el país —The Wall Street Journal, The Washington Post, ProPublica, The Texas Tribune y otros—. Actualmente, una sala de redacción mucho más pequeña tiene dificultades para mantener los estándares establecidos por Echevarría.

El equipo sigue abriendo espacio para la innovación y la experimentación. Desde las cesantías, Univisión ha lanzado podcasts nuevos, mantenido un programa popular de Facebook Watch con el periodista Jorge Ramos, un programa de televisión de Instagram con la periodista Patricia Janiot (el primero de su clase en español), videos verticales y un vertical nuevo enfocado en la diabetes, entre otros productos.

 

Caso 2. Radio Ambulante

Radio Ambulante es un podcast que busca ampliar el entendimiento de los latinxs estadounidenses y latinoamericanos a través de historias largas contadas en español. Fue creado por un grupo de cinco latinxs con diferentes experiencias migratorias. Algunos, como Daniel Alarcón (ahora productor ejecutivo y anfitrión), habían llegado al país cuando niños; otros, como Carolina Guerrero (ahora presidente), llegaron como adultos. Compartían un amor por las historias y un interés en las vidas latinas y latinoamericanas —historias que seguían sin contarse en los medios estadounidenses.

Ninguno de los dos podía encontrar en los medios hispanohablantes las mismas historias, complejas y largas, y el mismo periodismo riguroso que encontraban en los medios noticiosos en inglés, dijo Guerrero, “así que, nos vimos obligados a consumir noticias en inglés”. Aún así, sentían una “conexión visceral con el idioma español”, ya que sabían lo que ya sabían muchos latinxs.

Radio Ambulante se lanzó en 2012 con $46.000 recaudados por medio de una campaña de Kickstarter. Produjo tres episodios, alcanzando a un total de 7.000 escuchas. En 2016, entró en un acuerdo de distribución con la Radio Pública Nacional, convirtiéndose en el primer podcast en español de NPR. Tuvo 4,5 millones de descargas en 2018 y más del 70 por ciento de sus escuchas estaban basados en Estados Unidos. Sus creadores esperaban llegar a 6 millones de escuchas en 2019. “No podíamos robarle el público a más nadie; construimos este público empezando con el oyente No. 1”, dijo Guerrero.

Los episodios semanales duraban de 30 a 60 minutos, y el equipo ahora produce 30 episodios al año. (El podcast se toma el verano libre.) El catálogo de Radio Ambulante tiene más de 130 episodios, con historias de más de 20 países, “que incluyen a Estados Unidos, al que consideramos un país latinoamericano”, dijo Guerrero.

Una muestra de historias: el génesis de la crisis de la deuda puertorriqueña, el camino de un coyote centroamericano que trae inmigrantes a la frontera estadounidense, la erupción de un volcán que borró a un pueblo colombiano.

Para “validar” su contenido en Estados Unidos, dijo Guerrero, desde muy temprano, los creadores se asociaron con programas de radio anglos, como “This American Life” y “RadioLab”, y tradujeron y adaptaron sus historias para medios impresos, publicando algunos en The New York Times Magazine.

Cruzar fronteras ha sido clave para la misión de Radio Ambulante y esto incluye superar el obstáculo del idioma. El equipo traduce todos los episodios al inglés e, incluso, hasta ha producido traducciones (disponibles por internet) para angloparlantes que están aprendiendo español. Ha lanzado una aplicación de vanguardia para ayudar a estudiantes del español como idioma a entender mejor las historias de Radio Ambulante. Viene con transcripciones, controles de velocidad, transacciones en tiempo real y herramientas que permiten que los usuarios escuchen pronunciaciones latinoamericanas auténticas. La aplicación, que ayudará al medio a servir mejor a un segmento de su público, también se espera que conforme otra fuente de ganancias.

El acuerdo con NPR ha ayudado a Radio Ambulante a implementar un modelo de negocios sin fines de lucro que sea más sostenible. El podcast también está financiado por subvenciones, donaciones individuales y eventos patrocinados. (Un programa de Radio Ambulante comenzó a dar giras nacionales en 2018.) Una tienda en línea vende tazas y camisetas con la marca, y tiene un programa de membresía. (Una reciente encuesta al público mostró que la mayoría de sus escuchas pagaría por lo menos $5 mensuales por la membresía.) También hay planes para una compañía de producción que crearía proyectos de cine y transmisión que el medio podría coproducir. Aún así, dijo Guerrero, “la monetarización ha sido un problema” para el medio, cuyo presupuesto anual está cerca de $800.000.

El financiamiento a través de subvenciones ha ayudado a expandir el equipo, actualmente compuesto por 19 personas que trabajan remotamente. Guerrero y Alarcón están basados en Nueva York; la mayoría de sus productores y corresponsales están en América Latina. Un editor de crecimiento, Jorge Caraballo, quien se especializa en la participación (engagement) de oyentes, trabaja desde Medellín, Colombia.

La participación ha sido clave para el crecimiento de Radio Ambulante. El equipo está activo en todas las plataformas de las redes sociales. Por ejemplo, tiene un canal de WhatsApp que envía mensajes personales e individuales a 3.500 seguidores en toda la región. “Es importante en WhatsApp tener el tono adecuado y no enviar mucha basura (spam)”, dijo Guerrero. “Hemos descubierto que a la gente le encanta tener esta conexión personal con Radio Ambulante”. Los oyentes también participan en la producción de episodios con envíos de mensajes de voz a través del audio de WhatsApp.

Todos los viernes, el equipo es anfitrión de una videoconferencia por Facebook en la que el productor del episodio de esa semana tiene una conversación sobre el episodio con los oyentes. Ofrece listas temáticas de reproducción creadas con las sugerencias de canciones de los oyentes —“un continente de canciones recomendadas”, para ponerlo en las palabras de Guerrero. Y, en un boletín semanal, los miembros del equipo recomiendan canciones, libros, series de streaming u otras lecturas para el fin de semana.

Otra estrategia de participación: reuniones cara a cara que se conocen como Clubes de Escucha (Listening Clubs), donde los oyentes se reúnen en sus ciudades, escuchan un episodio y conversan sobre la historia.

“Nuestra meta inicial era ir más allá de los contextos digitales y entender qué sucede cuando convertimos la experiencia individual de escuchar podcasts en algo social”, dijo Guerrero. “¿Será que el periodismo por medio de audio puede conectar comunidades e iniciar conversaciones cívicas?”

Con una subvención de News Integrity Initiative de la Escuela Graduada de Periodismo Craig Newmark en la ciudad de Nueva York, Radio Ambulante ha lanzado un proyecto piloto de 20 Clubes de Escucha en siete ciudades de América Latina y Estados Unidos. Además, tiene planificada una serie de materiales para organizaciones mediáticas que quieren replicar el modelo de los Clubes de Escucha.

 

Caso 3. Neta

Neta, una plataforma mediática de la comunidad bilingüe en el Valle de Río Grande a lo largo de la frontera entre Texas y México, ofrece contenido culturalmente relevante a los latinxs locales.

Fue creada como resultado de las elecciones presidenciales de 2016, dijo su fundadora Dani Marrero Hi, cuando un grupo de organizadores comunitarios progresistas se sintieron “energizados” por la atención nacional que la frontera estaba recibiendo.

Los periodistas, políticos y expertos hablaban cada vez más acerca de la frontera, pero nadie mencionaba la “vida próspera y vibrante” que había allí, dijo. La frontera se representaba exclusivamente como un peligroso “espacio vacío” al que el gobierno federal pensaba enviar tropas y, a lo largo del cual, construir una reja.

Marrero Hi, entonces una organizadora comunitaria con grupos de derechos de inmigrantes, recordó que, cuando llegó el momento de las elecciones, “la gente decía, ‘Quiero empezar un canal de YouTube’, ‘Quiero empezar un podcast’, ‘Quiero empezar un blog’”. Entonces pregunté, “¿Por qué no hacemos esto todos juntos en una plataforma y así podemos más o menos convertirnos en un centro de noticias e información para los movimientos sociales y culturales que están ocurriendo en el valle?”.

El grupo comenzó a reunirse en bibliotecas públicas y cafés, a grabar videos con sus teléfonos y a editar con Movie Maker básico. La mayoría no tenía destrezas técnicas y ninguna capacitación profesional en la producción o edición multimedios. “Pero teníamos la experiencia de lo que significa ser de la frontera”, dijo Marrero Hi. “Y, en nuestra red de colaboradores, tenemos personas que hacen un trabajo muy importante en la comunidad, desde la prevención de VIH hasta asuntos de inmigración, movimientos sociales en contra del muro, la causa LGBT, asuntos reproductivos”.

A su plataforma mediática le pusieron el nombre de Neta, una palabra de jerga mexicana que el sitio web define como la verdad universal. Bien chévere. Padrísimo. Nada de cuentos. La Mera Neta.

“El nombre expresaba el tipo de plataforma que queríamos construir —una que fuera culturalmente relevante y que se dirigiera a los jóvenes con quienes pudiéramos hablar de cosas serias, como lo que está pasando en la frontera, pero también sobre raspas o pizzas de Cheetos picantes”, dijo Marrero Hi.

“No somos el campo de batalla apocalíptico, como nos pinta CNN”, dijo una ex video productora de Neta que actualmente trabaja por su cuenta independientemente para el medio a tiempo completo. “Hay tantas cosas hermosas que suceden en esta área”.

El lanzamiento de Neta se hizo el día antes de la inauguración de Trump en enero de 2017. Su tono irreverente, su enfoque en asuntos sociales que incluyen una temática LGBT y su uso coloquial del espanglish la convirtieron rápidamente en única y relevante.

Los creadores se veían como la alternativa crítica a los medios “dominantes” tradicionales de Univisión y Telemundo. Neta, dijo Marrero Hi, es “mucho más crítica de la migra y la actividad de ICE en nuestras comunidades” que estas cadenas.

“No quiero vivir en un mundo sin los medios dominantes”, dijo, “pero Neta también añade una voz crítica”. Citó un informe de Telemundo en el que la patrulla fronteriza describió a la frontera entre Texas y México como uno de los lugares más peligrosos para ellos.

“Bien, eso es lo que el gobierno dice”, dijo Marrero Hi. “Pero puedes venir a Neta y ver cómo la migra está manipulando esos datos —o cuestionar el rol de la migra en nuestras comunidades. Ese es el rol de los medios comunitarios, añadir más perspectiva a lo que los medios dominantes cubren”.

Después de muchos meses de trabajo puramente voluntario, los creadores de Neta lanzaron una campaña de Kickstarter. El esfuerzo de financiamiento fue un fracaso, pero Marrero Hi decidió mantener el fracaso en secreto. En lugar de eso, anunció que estaban progresando en lo de conseguir capital semilla. Eso ayudó a Neta a recibir subvenciones de fundaciones y convertirse en una organización sin fines de lucro.

Neta tiene como seguidores (principalmente) a personas latinas y angloparlantes que habitan la frontera, entre las edades de 18 y 35. Saben cómo usar la tecnología móvil y son mayormente mujeres. Las redes sociales y los teléfonos celulares son de suma importancia para la distribución del medio. Para alcanzar un público más adulto y rural, el equipo creó una plataforma de mensajes de texto que llega directamente a los teléfonos. El boletín de Neta tiene 4.000 suscriptores.

En diciembre de 2018, Marrero Hi se fue de Neta y un personal de 11 personas —alrededor de la mitad de las cuales se identificaban como personas LGBTQI— se convirtieron en una cooperativa. Actualmente, tienen un personal de nueve personas. No hay nadie en la cima y todo el mundo recibe el mismo salario y los mismos beneficios. “Todo el mundo supervisa a todo el mundo”, dijo un miembro del personal, añadiendo que los comités son rotativos y toman decisiones. “Es un poco experimental. Ciertamente queremos ser un ejemplo para otras personas”.

Neta se fundó con subvenciones y donaciones individuales. Su rol activo en la comunidad es central para su modelo: “Todo el mundo nos conoce porque fuimos a la escuela con ellos, somos amigos; muchas de nuestras conexiones son recomendaciones de boca en boca”, dijo la ex video productora.

En este punto, sin embargo, Neta aún tiene recursos limitados; la sostenibilidad es la preocupación principal del equipo.

 

Caso 4. El Tímpano

El Tímpano (The Eardrum, en inglés) es un modelo innovador muy distinto.

Aún en la etapa piloto, es una plataforma local con reportajes dirigidos a la comunidad hispanohablante de Oakland, California, donde los latinxs componen el 27 por ciento de los 429.000 habitantes de la ciudad. Fue lanzada en 2017 por Madeleine Bair, una reportera local y creadora de medios. 

Bair pasó nueve meses encuestando a inmigrantes latinxs en la ciudad, preguntando de dónde sacaban sus noticias y qué información les era relevante. Ella se les acercaba en iglesias y eventos, bibliotecas públicas y centros comunitarios, y les pedía que llenaran una postal que contenía esas preguntas en español. También se asoció con organizaciones de base comunitaria para liderar cinco talleres en los que 50 personas discutieron más a fondo sus puntos de vista acerca de los medios locales y sus necesidades de información.

Aprendió que los inmigrantes latinos estaban frustrados con las ofertas existentes de noticias locales, aun cuando Oakland no era aparentemente ningún desierto noticioso. Univisión y Telemundo ofrecían noticieros matutinos y nocturnos para el Área de la Bahía desde San José y cubrían los nueve condados de la región metropolitana. Pero las estaciones de radio hispanohablantes ofrecían más música y entretenimiento que noticias, con pocas excepciones, y los periódicos tradicionales habían cerrado (inclusive El Mensajero, que había sido parte de la cadena de ImpreMedia). Esto dejaba solamente cuatro periódicos gratuitos, los cuales incluían, de particular importancia, a El Tecolote, un periódico bisemanal bilingüe que ha estado en publicación desde 1970. El Tecolote tiene un grupo sólido de seguidores en San Francisco, pero era poco conocido por los inmigrantes hispanohablantes en Oakland.

Bair halló que los inmigrantes latinos no conseguían la información que necesitaban en esos medios para sentirse informados acerca de, y conectados con, los asuntos importantes en sus vidas. La televisión era su fuente principal, “pero muchos habitantes dicen que ya no ven las noticias porque terminan con miedo y desprovistos de poder”, escribió Bair en un informe publicado en 2018:

Todo líder comunitario con el que hablamos articuló la escasez de información acerca de asuntos locales relevantes a los inmigrantes latinos. Quienes contestaron la encuesta y participaron en los talleres expresaron el mismo sentir: “No tengo información” o “No sé dónde conseguir información” en cuanto a los asuntos que les importan. “Más información” fue una de las respuestas más comunes a la pregunta, “¿Qué cambiarías de los medios noticiosos locales?”.

Para las personas encuestadas, los asuntos más importantes eran educación, salud, vivienda, empleo y el desecho ilegal de basura en sus barrios. Sus formas preferidas para recibir y compartir información importante incluían la participación en persona y los mensajes móviles. Con esa información a la mano, Bair usó fondos de subvenciones para lanzar dos proyectos piloto. El primero fue una conversación sobre vivienda con la duración de un mes. Bair y sus colaboradores llevaron un micrófono a una docena de lugares a lo largo de East Oakland e invitaron a los habitantes de área a compartir cómo se habían visto afectados por las alzas en el costo de vivienda. A la misma vez, el equipo compartió información con los habitantes acerca de fuentes locales relacionadas con la vivienda. Más de 100 personas compartieron sus historias. Fragmentos de muchas de ellas fueron publicadas en El Tecolote.  

El segundo proyecto piloto de El Tímpano fue un servicio participativo de mensajes de texto con noticias locales que duró tres meses. Los suscriptores venían de un piloto anterior, durante el cual El Tímpano había invitado a habitantes locales a brindar sus números de teléfono celular si querían recibir noticias del servicio. En última instancia, casi 400 personas se suscribieron al servicio semanal, recibieron mensajes con noticias e información acerca de recursos relacionados con los asuntos que habían identificado como los más importantes. En su informe, Bair escribió:

Por ejemplo, un mensaje daba información acerca del reciente aumento salarial a nivel municipal, junto con el número de una organización de asistencia legal y una invitación a responder si alguna vez te habían pagado por debajo de lo debido en el trabajo. Otra semana, compartimos información acerca del término nuevo de cuatro años del alcalde y un foro comunitario donde los habitantes locales eran invitados a diseñar su visión para el futuro de East Oakland. Les preguntamos a los habitantes qué cambio les gustaría ver en Oakland y recibimos 28 respuestas concretas, desde arreglar los hoyos en las calles hasta construir vivienda asequible y atender el crimen, los desechos ilegales y la falta de vivienda. Se lo pasamos a la Oficina del Alcalde y a los concejales municipales.

Bair ahora está juntando una Junta Asesora Comunitaria y un esfuerzo de recaudación de fondos para sacar a El Tímpano de la etapa piloto. Su meta es encontrar “formas consistentes en las que nuestro público pueda participar y mantenerse informado de los asuntos locales”. También está evaluando colaboraciones con los medios y las instituciones locales “para que las historias y perspectivas [de los inmigrantes latinos] compongan una parte más grande de las conversaciones cívicas en el Área de la Bahía y más allá”.

Lo que es único de este experimento es su intento por crear un medio local para los latinxs sin dar por sentado cuáles son sus necesidades de información. En vez de eso, su fundadora tomó el acto de escuchar como el punto de partida para empezar a ofrecer noticias relevantes.

 

Caso 5. Centro de Periodismo Investigativo de Puerto Rico

El Centro de Periodismo Investigativo en Puerto Rico es una entidad sin fines de lucro local que se enfoca en el periodismo investigativo y tiene un programa legal único para el acceso a los registros y documentos públicos en la isla.

Fundado en 2007, el CPI (por sus siglas en inglés) ha estado creciendo y creando un impacto desde el principio. Sus investigaciones sobre la crisis de la deuda de la isla y la desastrosa secuela del huracán María han solidificado su reputación local e internacional. Ha forzado la publicación de documentos y datos que el gobierno local intentó mantener ocultos, obligándoles a admitir información que había negado anteriormente (como la cantidad de muertes relacionadas con el huracán). Y produjo reportajes extraordinarios dirigidos a que se rindieran cuentas en cuanto al mal uso y la distribución injusta de fondos de recuperación por el huracán que el gobierno federal había enviado a la isla.

Con un presupuesto anual de cerca de $1 millón, el estatus del CPI como una entidad sin fines de lucro —está financiado a través de subvenciones— le ha permitido tener una independencia editorial que pocos medios noticiosos en Puerto Rico pueden tener, según indica nuestra investigación. En los últimos tres años, el CPI también ha incorporado exitosamente donaciones individuales a la mezcla de sus ingresos, aumentando las donaciones de $2.000 en 2015 a $80.000 en 2018, con el apoyo de una campaña de NewsMatch.

El medio noticioso se ha ganado una posición de liderazgo por llevar a cabo proyectos colaborativos de periodismo en el Caribe; por capacitar, enseñar y conceder apoyo financiero a periodistas puertorriqueños y caribeños en los últimos tres años; y por producir investigaciones galardonadas acerca de la crisis climática.

El contenido del CPI está licenciado bajo bienes comunes creativos (creative commons), un tipo de derecho de autor público que permite una libre distribución: sus investigaciones son impresas o difundidas por una alianza de 10 medios noticiosos en ciudades y pueblos en todo Puerto Rico. Estos incluyen periódicos y revistas, sitios web noticiosos, una estación de radio y una estación de televisión. El CPI también ha colaborado con medios en el territorio continental de Estados Unidos, realizando investigaciones conjuntas con Associated Press, Quartz, Univisión, Latino USA, CNN, The Miami Herald, Radio Ambulante, In These Times y New York Magazine, entre otros.

El CPI tiene una pequeña sala de redacción de 10 periodistas, tanto veteranos como principiantes. Para los periodistas jóvenes, hay talleres, becas y mentoría constante —junto con la oportunidad de asistir a conferencias en el extranjero.

Los reportajes investigativos del medio se producen en español. Pero después del huracán María, el CPI aumentó el volumen de sus traducciones al inglés a un 85 por ciento del contenido, dice Carla Minet, directora ejecutiva del CPI. La meta es incrementar el impacto de su cobertura acerca de Puerto Rico en el Estados Unidos angloparlante.

En una industria que hace poco periodismo investigativo y periodismo dirigido a la rendición de cuentas (principalmente debido a una escasez de recursos), el CPI se destaca como un modelo sólido y replicable.