PUERTO RICO

Puerto Rico tiene un estatus político complicado: Como territorio no incorporado de Estados Unidos, no es ni un estado de EE. UU. ni un país soberano.

Su industria de medios noticiosos opera en un contexto que es único. No hay una “población latina” en Puerto Rico. El español es el idioma prevalente. Y obviamente no hay una división entre personas inmigrantes y personas nacidas en Estados Unidos. Además, años de dificultades económicas, debido a la crisis financiera y el impacto catastrófico del huracán María en 2017, han afectado drásticamente el panorama mediático.

Puerto Rico Latino News Media Total outlets: 66 Newspaper: 20 Podcast: 8 TV: 7 Web: 18 Radio: 10 Pie chart: Spanish: 94% English: 6%

LOS MEDIOS NOTICIOSOS DE PUERTO RICO
FUENTE: BASE DE DATOS DEL ESTADO DE LOS MEDIOS NOTICIOSOS LATINOS, JUNIO DE 2019

Por estas razones, compartimos nuestros hallazgos acerca de Puerto Rico en una sección aparte. Estos ofrecen justamente una amplia representación del estado de los medios noticiosos en la isla. Los medios puertorriqueños merecen una exploración y un análisis de mucha más profundidad, y esperamos que estos hallazgos preliminares ayuden a informar dicha investigación.

No recibimos suficientes respuestas a nuestra encuesta como para llegar a conclusiones acerca de los modelos de negocio y circulación, así que la mayoría de nuestros hallazgos provienen de entrevistas con reporteros y editores. Estas fueron realizadas por Vanessa Colón Almenas, una periodista puertorriqueña con mucha experiencia y profundo conocimiento de la industria de allá.

Identificamos 66 medios noticiosos: 20 periódicos, 18 sitios web, 10 estaciones de radio, ocho podcasts, siete estaciones de televisión, dos agencias noticiosas y una revista. Encontramos una concentración más alta de medios en y alrededor de San Juan, la capital, pero hay medios por toda la isla, cubriendo la mayoría de las regiones. Cerca de 3,65 millones de personas viven en la isla.

Apenas cuatro medios ofrecen contenido en inglés exclusivamente. Pero encontramos que, después del huracán María, más medios en español —especialmente periódicos y sitios web— empezaron a ofrecer traducciones de su contenido al inglés, en particular historias y columnas sobre la política y la economía de la isla. La razón: Las entrevistas que realizamos señalan un esfuerzo por influir en la conversación acerca de Puerto Rico en el territorio continental de Estados Unidos, ya que esa conversación afecta las vidas de las personas que viven en la isla.

En nuestras entrevistas, con alrededor de 20 periodistas que trabajan en varias ciudades y para varios medios en Puerto Rico, identificamos tres áreas de preocupación, todas igualmente urgentes:

  • Sostenibilidad

La grave situación económica que resultó del impacto acumulado de dos catástrofes —la crisis de la deuda de la isla y la destrucción causada por el huracán María— ha tenido (que no es de sorprender) un impacto enorme en la industria mediática.

Las ganancias tradicionales provenientes del mercadeo han disminuido drásticamente con la crisis financiera y, después del huracán, casi desaparecen por completo.

Latin Media House, editorial del sitio web en inglés Caribbean Business, tuvo dificultades para pagar salarios y se vio obligada a parar de publicar por varias semanas. Más de un año y medio después del huracán, el sitio apenas ha vuelto a retomar la frecuencia normal de sus publicaciones. Diálogo, un importante periódico tradicional de la Universidad de Puerto Rico —considerado como un valioso recurso para estudiantes de periodismo y cuya sala de redacción sirve de espacio donde comenzar su práctica— cerró por completo y permanece clausurado. La estación pública de televisión WIPR está en proceso de ser privatizada.

Omar Alfonso, editor de La Perla del Sur, un semanario que cubre la región de Ponce en el sur de la isla, dijo que, después de María y por primera vez en 35 años de continua publicación, el periódico “consideró dejar de publicar” porque los negocios locales no podían pagar los anuncios. Estas calamidades financieras redujeron seriamente la cobertura del huracán. “Ya que veníamos de cuatro años de un deterioro económico sostenido, no teníamos un fondo de reservas que nos permitiera imprimir una edición especial de 24 o 36 páginas”, dijo. A fin de cuentas, el periódico imprimió una edición de emergencia de 12 páginas que alcanzó solamente un área limitada. Varios de los choferes habían perdido sus hogares y no podían llegar al trabajo. Las carreteras estaban inaccesibles.

La compañía de medios líder, GFR Media, dueña de dos de los periódicos más grandes (El Nuevo Día y Primera Hora) cesanteó a 59 personas (de 245) poco después de que azotara María. El Nuevo Día es el periódico más reconocido en Puerto Rico y GFR Media es el empleador de periodistas más grande en la isla. GFR ya estaba enfrentando dificultades por pérdidas publicitarias y reestructuraciones por una transición digital cuando azotó el huracán. La mayoría de los empleados cesanteados habían sufrido pérdidas considerables por el huracán y prácticamente ninguna otra compañía estaba contratando. En meses recientes, algunas salas de redacción, incluidas las de GFR Media, han vuelto a contratar periodistas. Pero según las entrevistas que llevamos a cabo, los salarios son más bajos, a menudo mucho más bajos, que en el pasado. Algunos periodistas están ganando apenas $10 la hora.

La mayoría de los medios continúan produciendo contenido original, sirviendo a una población que está teniendo serias dificultades para recuperarse y sobrevivir en medio de una infraestructura básica que continúa ampliamente inoperante —principalmente en las áreas rurales. Pero estos medios tienen escasos recursos, pocas o ningunas ganancias, y a veces apenas una persona para producir, editar y distribuir el contenido.

Aún así, en la mayoría de las operaciones mediáticas, encontramos periodistas energizados con un fuerte sentido de su misión. Al preguntarles acerca del nivel de su satisfacción, a menudo contestaron: “Muy alto”.

  • Infraestructura

Casi todos los medios y las salas de redacción pequeñas estaban sin electricidad, sin conexión de internet y sin agua como secuela del huracán y, en algunos casos, durante meses. Las salas de redacción se reubicaron a edificios públicos, desde donde los periodistas podían publicar o transmitir. El Centro de Periodismo Investigativo (CPI), por ejemplo, se mudó al Centro de Operaciones de Emergencia de la isla en Santurce, en San Juan. (Para más información acerca del CPI, véase nuestra sección de Modelos espectaculares de innovación.)

WALO, una estación de radio que cubre la parte este de la isla, se mudó al Centro de Emergencia gubernamental en Ponce. Y, por varios días después del huracán María, muchos periodistas y sus familias acamparon en la sala de redacción de El Nuevo Día, la cual tenía agua y luz. La compañía les alimentó y les dio colchones donde dormir.

Una prioridad para los medios noticiosos ha sido obtener —con dinero en efectivo o a través de donaciones— teléfonos de satélite, sistemas anticuados de comunicación por radio y reservas de diesel para energizar generadores de electricidad. La infraestructura ahora funciona en la mayoría de los lugares. Aún así, muchas salas de redacción han diseñado planes de contingencia y capacitación de personal con el propósito de prepararse para futuros desastres naturales.

  • Independencia editorial

Escuchamos más de una vez en nuestras entrevistas que las fuentes de ingresos, cada día más limitadas, han creado nuevas dificultades para la independencia editorial en algunos medios, con dueños cautelosos ante la crítica de los poderes económicos y políticos en la isla. Esto ya era un problema, dijeron estos periodistas, antes del huracán, que solamente ha empeorado. Los periodistas que trabajan para medios donde estas dificultades no son un problema —aun aquellos con pocos recursos— nos dijeron que estaban particularmente conscientes de su privilegio por tener la libertad de continuar una cobertura crítica.

“A veces [el Centro de Periodismo Investigativo] se siente como una burbuja porque tenemos mucha libertad para decidir qué cubrir y cómo hacerlo”, dijo Carla Minet, directora ejecutiva del CPI, una entidad sin fines de lucro financiada por subvenciones y donaciones individuales. Tres de los periodistas que entrevistamos se quejaron por la falta de independencia editorial en sus salas de redacción y se la atribuían a los intereses económicos de los dueños de los medios.

Este es un momento de suma importancia para Puerto Rico y el rol de los medios noticiosos no puede subestimarse. Una avalancha de fondos federales de recuperación está llegando a la isla y, con estos, una necesidad clara y urgente de supervisión y periodismo dirigido a la rendición de cuentas. El trabajo del Centro de Periodismo Investigativo para exponer el mal uso de dichos fondos demuestra la importancia de dicha cobertura.